Pintor y grabador británico de origen irlandés cuyo personalísimo
estilo expresionista, basado en un simbolismo de terror y rabia, le ha
convertido en uno de los artistas más originales del siglo XX. Su obra
es una constante reflexión sobre la fragilidad del ser.
Hijo de una familia inglesa puritana, fue expulsado de casa a los 16
años de edad cuando su padre le descubrió probándose la ropa interior de
su madre. Tras pasar por Londres se traslada en 1926 a Berlín, donde
entra en contacto con el expresionismo y la pintura de Grosz y Beckmann,
pero su carrera artística no se inicia hasta que llega a París un año
después, y donde le impresionó la obra de Picasso en la Galería
Rosenberg.
Bacon no tuvo una formación académica, pero comenzó a pintar
acuarelas en 1926 y oleos un par de años después, para empezar a exponer
en ámbitos comerciales en 1933.
A finales de los años 30 sufrió una crisis que le llevó a destruir la
mayoría de sus obras y a abandonar la pintura, que retomaría durante la
II Guerra Mundial.
Según palabras del artista: “(Intento) pintar como Velázquez, pero
con la textura de la piel de un hipopótamo” Sus obras se caracterizan
por el uso de trazos fuertes, que generalmente retratan figuras
solitarias o tristes.
Autor controvertido donde los haya, no gozó de buenas críticas, John
Russell escribió sobre su obra del periodo de los 40: “Las imágenes eran
tan horribles que la mente se bloqueaba al verlas. Su anatomía era medio
humana, medio animal y estaban confinadas en un espacio de techos bajos,
sin ventanas y de proporciones extrañas...”
La imagineria de Bacon se fue suavizando, haciendose más naturalista,
pero la técnica se fue haciendo más expresiva. En 1985 Allan Bowness
escribió que “Bacon es sin duda el mayor pintor vivo, ningún artista de
nuestro siglo ha representado la figura humana con tanto sentimiento”
Francis Bacon es uno de los artistas ingleses más importantes de la
posguerra. En contraste con la pintura abstracta e informal predominante
en la época, él se hace estandarte de una pintura figurativa que exprime
en toda su violencia la desolación de la condición humana.